A nivel industrial, es necesario hacer uso de depósitos de acero con el propósito de almacenar diversas sustancias que requieren de un tratamiento especial debido a sus propiedades específicas.
Algunas aplicaciones de estos dispositivos de almacenamiento están en diversos tipos de compañías de todo el mundo.
Existen depósitos hechos de diversos materiales para resguardar estas sustancias, sin embargo, antes de comprarlos es necesario elegir el material adecuado para aumentar la durabilidad y la eficiencia de los procesos industriales que requieren hacer uso de estos.
A continuación, analizaremos la utilidad de los depósitos en la industria y algunas de sus aplicaciones principales.
A partir de esto, determinaremos qué material es mejor para un depósito: el acero inoxidable o el acero de carbono. Compararemos sus diferencias y mencionaremos el más conveniente, de acuerdo con su uso en la industria y las características físicas y químicas de cada material.
Características de los depósitos industriales
Debido a que existen diferentes necesidades para cada producción dentro del sector industrial, podemos encontrar depósitos de diversas formas como cilíndricos, cónicos o rectangulares.
También pueden tener diferentes diámetros y capacidades. Por eso, a menudo requieren de otros elementos adicionales para su uso adecuado como, por ejemplo, sondas, bombas, agitadores, entre otros complementos.
También pueden poseer distintos tipos de acabado superficial como los satinados, mates o pulidos.
Un dato importante que queremos mencionar es que los depósitos industriales satisfacen las necesidades de diversos sectores y ofrecen soluciones tecnológicas de calidad.
Estos pueden adaptarse a las necesidades productivas de cada industria.
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Dependiendo del uso destinado para esos dispositivos de almacenamiento, un material puede resultar mejor que otro para su elaboración.
Dos opciones muy utilizadas para la fabricación de estos depósitos son el acero inoxidable y el acero de carbono. Pero ¿cómo podemos saber cuál es la mejor opción?
Para entender esto, es necesario comprender algunas propiedades físicas de ambos materiales.
Acero al carbono
Es un tipo de acero que se caracteriza por tener al carbono como principal elemento de aleación.
Sus propiedades dependen de la cantidad de carbono presente en este. Una cantidad alta de este elemento brinda al material una elevada resistencia a la tracción, aumenta su índice de fragilidad al frio y disminuye su tenacidad y ductilidad.
El acero al carbono se distingue por tener una gran resistencia y dureza (por dicha razón es muy usado en la construcción).
Por otra parte, debido a su poca ductilidad, no es adecuado para acciones que requieran el uso de materiales con un alto grado de flexibilidad.
Acero inoxidable
Es muy diferente a los demás tipos de aceros debido a su gran resistencia a la corrosión.
Esto quiere decir que posee la habilidad de no deteriorarse u oxidarse en circunstancias normales.
Según la norma UNE-EN 10088-1: Aceros inoxidables. Parte uno: Relación de aceros inoxidables, este tipo de material contiene un mínimo de 10.5 % de cromo y un máximo de 1.2 % de carbono.
Los aceros inoxidables se tratan de aleaciones complejas, en donde los elementos químicos básicos de su composición son carbono, hierro y cromo (C, Fe y Cr).
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Además, tiene otros elementos añadidos como níquel, molibdeno, titanio, niobio y nitrógeno (Ni, Mo, Ti, Nb y N). Estos con el propósito de alcanzar estructuras y propiedades determinadas.
Los depósitos hechos de este material generalmente suelen ser utilizados para guardar sustancias como jabones, ácidos o autoclaves de esterilización.
Diferencias
A nivel químico, la principal diferencia que puodemos nombrar entre estos materiales se encuentra en la cantidad de cromo existente en su composición.
La presencia de este elemento permite la formación de una capa de óxido de cromo sobre el acero.
Esta capa es precisamente a la que se le atribuye el origen de la propiedad de resistencia a la corrosión del acero inoxidable.
Por otra parte, la falta de cromo del acero al carbono provoca que este material no resista el paso del tiempo de la misma manera que el acero inoxidable.
Tampoco puede aguantar sin dañarse los cambios extremos de temperatura. Debido a esto, el acero inoxidable tiene una mayor resistencia que el acero al carbono.
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Entonces, ¿Cuál es la mejor alternativa para depósitos?
Como indicamos anteriormente, para determinar el mejor material a utilizar, es necesario tomar en cuenta el uso de este.
En el caso de los depósitos industriales, la clave para elegir se encuentra en la duración y la resistencia a la corrosión.
Por ello, los depósitos hechos de acero inoxidable representan una alternativa mucho mejor que los fabricados de acero al carbono.
Debido a la gran inversión que se realiza en las plantas de proceso industrial siempre es importante investigar y tener presentes los elementos de las máquinas e instrumentos a utilizar antes de comprar materiales que no puedan servir de manera adecuada.
El acero al carbono es un material duro y útil para los procesos de construcción, pero no cuenta con la flexibilidad y resistencia necesaria para su aplicación de depósitos industriales.